Ruta de las Especias
Ruta Caravanera
 
El centro del continente asiático fué cruzado por rutas comerciales muy importantes durante la Edad Media. Una de las
más conocidas fué la Ruta de la Seda, cuyas ciudades han quedado
como muestra de la riqueza de aquellos intercambios. Otra ruta importante fué la de las especias. Los mercaderes siguieron
la ruta de tierra cruzando parte del continente asiático. Muchas de las especias venían de Oriente, en caravanas que,
cruzando Asia, llegaban a Europa. El
comercio y distribución en Europa era una especie de monopolio de ciertos comerciantes, especialmente italianos, que
distribuían la mercancía traída por las caravanas.
A partir del Siglo XIV ese recorrido no era muy seguro, en parte por la presencia de bandidos que asaltaban las caravanas,
pero también por la falta de forraje para los ganados como consecuencia de los cambios climáticos que introdujeron una
mayor sequía en la zona.
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Historia |
Los primeros que buscaron la ruta hacia Oriente fueron los egipcios, siendo las especias más preciadas: la alcaravea, el
sésamo, la mostaza o el azafrán, además del incienso y la mirra, usadas en ceremonias religiosas.
Los fenicios fueron el primer pueblo de la Antigüedad en establecer un mercado de especias.
Tiro, una de las ciudades más importantes de su imperio, fué el
centro comercial de las especias en el Mediterráneo. Se convirtió en el punto de encuentro de mercaderes de todo el
mundo conocido para conseguir dicha mercancía. También fué ese pueblo el que estableció la conocida como
Ruta de las Especias. El destino final de la ruta era el Golfo Pérsico, desde el cual se embarcaban los convoyes hasta
la costa malabar. Para llegar hasta allí, desde la costa mediterránea existían dos recorridos, el primero rodeaba
la península arábiga por el Mar Rojo y el segundo era a través de Antioquía para llegar a
Babilonia, desde allí seguía el curso de los ríos Tigris o
Éufrates.
Sin embargo, no pudieron impedir que al conquistar Alejandro Magno su imperio, éste se hiciese con el control del mercado de
las especias, hacia el Siglo IV A.C. Tras la fundación, en territorio egipcio, de Alejandría, el imperio alejandrino
obtuvo una de las bases económicas para su prosperidad, desplazando a Tiro
como centro del comercio del Mediterráneo.
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Imperio Romano |
El imperio romano recogió la herencia helena. Abriendo una nueva ruta por mar, partían desde Egipto hasta las
Islas Molucas. Para esta labor se servían del viento de los monzones. Así,
poco a poco, fueron cayendo en desuso las largas y costosas rutas terrestres y se estableció una ruta anual que partía
en abril para aprovechar los monzones del Sudoeste, regresando en octubre, época de los monzones del Nordeste. Dicho convoy
surtía a Roma de especias, tanto para cocina (canela, comino, cúrcuma,
jengibre o pimienta, principalmente), como para aceites, cosméticos y perfumes.
Cuando las oleadas de los bárbaros germánicos desbordaron los límites del imperio romano, el comercio de las
especias se desplazó a la capital oriental del imperio, Constantinopla, el
relevo lógico de la ciudad del Tíber, por su mayor cercanía a la
Ruta de la Seda. El floreciente comercio oriental hizo que disminuyese
considerablemente la cantidad de especias que llegaban a Europa. Durante esa época, aparecieron dos nuevas especias que
rápidamente se convirtieron en las preferidas de los europeos: el clavo y la nuez moscada, ambas procedentes de
Indonesia y que eran compradas a un elevado precio a mercaderes hindúes.
Tras la conquista de Alejandría por el Islam en el año 641, comenzó un declive en el uso de especias en el mundo
cristiano. Las razones fueron el férreo control que realizaban los árabes, motivando la ausencia de contactos comerciales
entre Occidente y China. |
Ruta de la Seda |
La también conocida como Ruta de la Seda se continuó usando
para el suministro de especias, en este caso a las provincias, para ello cruzaban el Nilo, pasando a territorio persa, desde allí
se bordeaba el Himalaya, hasta que se llegaba al Oeste, a la ciudad de Xian. Como
recorrido de vuelta había dos caminos, uno cruzaba el Mar Caspio, el segundo atravesaba el Mar de Aral hasta llegar al
Mar Negro y era el preferido en invierno para evitar las bajas temperaturas del Himalaya.
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Las Cruzadas |
Con motivo del comienzo de las Cruzadas (1096), el comercio con los árabes se recuperó. Las principales ciudades
en este nuevo intercambio comercial fueron las italianas Génova y
Venecia. Comenzó una carrera comercial para asegurarse los privilegios y el
monopolio en el comercio de las especias, al ser éste uno de los negocios más rentables con los árabes. Se
solían intercambiar por lanas, metales, maderas y manufacturas textiles, de las propias ciudades italianas. Se logró
que de nuevo llegasen a Europa la pimienta, el cardamomo, la canela, la nuez moscada y el azafrán. Gran parte de la prosperidad
de las ciudades italianas en esa época fué debida al comercio de las especias.
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Siglo XV |
Para el Siglo XV, la Ruta de las Especias se había convertido en un camino compartido por mercaderes de diversos
países. En la parte más oriental de la ruta, los chinos recogían el clavo y la nuez moscada de las Indias Orientales,
y la entregaban en el puerto malayo de Malaca. Desde allí mercaderes árabes de la India
o de Arabia lo transportaban por la bahía de Bengala a la India. En la India,
la canela de Ceilán y la pimienta de la India
se añadían al cargamento anterior, siendo vendido en los puertos del Oeste de la India, donde mercaderes árabes
se encargaban de hacerlo llegar a la cuenca del Mediterráneo.
La llegada al Mediterráneo seguía dos rutas. Una tomaba el Mar Rojo para llegar a Egipto y navegar por el Nilo. Otra
por el Golfo Pérsico llegaba a Alepo, Damasco o Constantinopla. Desde estos
puertos del Este del Mediterráneo, los mercaderes italianos transportaban la mercancía a los puertos de
Venecia y Génova. Desde allí
eran distribuídos al resto de Europa.
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Las Islas Molucas |
Tras la caída de Constantinopla en manos de los turcos y debido a la
importancia económica de las especias en toda Europa, los países con un mayor desarrollo en navegación, Castilla,
Aragón y Portugal, se lanzaron a una frenética carrera para encontrar
una ruta que evitase el paso por el Mar Mediterráneo, infestado de piratas y bajo el control turco.
Los marinos españoles y/o portugueses habían establecido prósperas colonias en las islas del Índico, y muy
especialmente en aquellas que tenían bosques de canela, como Ceilán y
Goa. Continuaron su labor expansiva por las islas del archipiélago Malayo, muy
cerca ya del mítico emplazamiento de la Isla de las Especias, nombre que se le daba a las actuales
Islas Molucas.
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