La isla, declarada Parque Nacional de Rapa-Nui y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se revela como un lugar lleno de misterios arqueológicos por descifrar, volcanes y llanuras, playas de arenas blancas bañadas por un mar cristalino, una vegetación exótica con un clima semi-tropical.
Las gigantescas esculturas de hasta 10 metros de altura, llamadas Moais, talladas en piedra volcánica y distribuídas por las laderas de los montes de la isla, constituyen su mayor atractivo. Son asimismo interesantes los ahu o centros ceremoniales, los vestigios de casas de piedra o hare, así como casas-barco o hare paenga y cuevas o ana, muchas con decoración pictórica.

Rapa Nui -nombre indígena de la Isla de Pascua- ofrece el testimonio de un fenómeno cultural único en el mundo. Asentada en esta isla hacia el año 300 d.C., una sociedad de origen polinesio creó, al margen de toda influencia externa, grandiosas formas arquitectónicas y esculturales dotadas de una gran fuerza, imaginación y originalidad. Desde el Siglo X al XVI, construyó santuarios y esculpió numerosos "moais", gigantescos personajes de piedra que forman un paisaje cultural inigualable y fascinante.

Los principales lugares de interés son:

• Hanga Roa: la capital. Ubicada al Suroeste de la isla, en las tierras bajas entre los volcanes extintos de Maunga Terevaka y Rano Kau.
• Akahanga: Ruinas en estado natural donde fué enterrado el primer rey de la isla.
• Anakena: Posee la playa más extensa de la isla, rodeada por cocoteros y aguas turquesas. Completan el paisaje el ahu Nau Nau de siete moais con sus tocados restaurados y la mirada perdida en el océano.
• Ana Katenga: o Caverna de las dos ventanas por las aperturas que se abren en un acantilado frente al mar.
• Orongo: Junto al volcán Rano Kao, es un antiguo centro ceremonial. Desde el poblado se disfruta de magníficas vistas sobre los acantilados.
• Rano Raraku: Este volcán era la cantera de la que se extraía la toba con la que se modelaban las estátuas. En sus laderas pueden verse todavía moai en distintas fases de construcción.
• Península Poike: En el extremo oriental de la isla se halla este altiplano escogido por los primeros moradores, presidido por el volcán Puakatiki con un lecho de lava conocido como el foso de Iko. En la caleta Hotu Iti está el ahu Tongariki, el más extenso, con una gran plataforma ceremonial de 220 metros de longitud sobre la que reposan quince estátuas gigantescas. Representa el momento de máximo esplendor escultórico de la isla.
  
  

Cerca destacan la cueva de O Keke y los petroglifos de Papa Tataku Poki.
Destacan también, el Ahu Tahai, en Hanga Roa, el Ahu Akivi, integrado por siete estátuas, uno de los pocos situados en el interior de la isla.

En el Norte, el Ahu Te Pito Kura posee una singular piedra redonda que, según los nativos, simboliza el ombligo del mundo. En los ahu Vinapu y Akahanga, los moais aparecen tumbados boca abajo.